Por: Antonio Díaz
Botánico chiricano cura Cáncer, SIDA, Diabetes
Cuando su nombre alcanzó prominencia en los medios de comunicación, todos hablaron de él pero muy pocos hablaron con él. Diomedes Ureña el botánico que con sus hierbas milagrosas cura el cáncer, el SIDA y la diabetes, polariza la atención de propios y extraños por la gran cantidad de personas que dicen haber sido curadas por este chiricano, entre las que se incluyen médicos, músicos como Lucho De Sedas; hípicos como Laurentino Medina, policías como el Teniente Matías González y otros tantos ciudadanos que habían sido desahuciados por los galenos.
Diomedes Ureña Cerceño confiesa que en mayo de 1980, tras ser golpeado con una piedra en Bayano de Chepo, se le declaró un cáncer y por cinco años sufrio a causa de tumores malignos. Ese diagnostico se lo hicieron médicos como Edgardo Anguizola, además de otros facultativos y hasta curanderos.
Ureña indica que los tumores “tuvieron hijos” y que se ramificaron en la pierna y en la costilla. “Ore a Dios que me iluminara y quede como el primer hombre cuando descubrió las plantas que hoy en día la gente come. Descubrí doce clases de plantas, sin saber lo que hacia, pero tenia un futuro porque para atrás no había nada”, nos dice Ureña.
Dios le dio ese poder
Botánico chiricano cura el cáncer, SIDA, diabetes y otras enfermedades
Primera parte de la entrevista realizada ayer en Arraiján al botánico Diomedes Ureña que iluminado por Dios, según expresa, ha curado con tratamiento botánico a cientos de personas desahuciadas por los médicos. La consulta con el experto tiene un costo de treinta balboas, pero por los medicamentos, según informó.
Lic. Antonio Díaz
Y Víctor Franceschi
Diomedes Ureña inició sus primeros tratamientos de cáncer en las postrimerías de la década del ’80. Comenzó a curar el cáncer en personas de procedencia humilde en Chiriquí, sólo para probar que sus medicinas hechas a base de hierbas de la región, curaban esta penosa enfermedad y lo demostró. Hoy sus tratamientos botánicos y sus medicinas son famosas. Estuvo recientemente en el programa de Lita, en TVN, que presentó al conocido botánico. Sus notas han sido publicadas en prestigiosos medios locales y su mayor logro, el ser tomado en cuenta en programas como Univisión, Primer Impacto y la CBC de Londres.
Para Ureña, el cáncer y el SIDA son curables, si estas enfermedades son tratadas con sus medicinas por un período de tiempo determinado. Las plantas que utiliza para esto son únicamente conocidas por él y como en el caso del cancer hasta 120 pueden ser utilizadas en sus compuestos. Estas se localizan en puntos altos, llanuras y zonas montañosas de la provincia de Chiriquí, Bocas del Toro y Darién.
Uno de los casos que hizo famoso a Ureña fue el del preparados de caballos panameño, Laurentino Medina, el cual fue desahuciado por SIDA en los Estados Unidos y que después de varios meses de tratamiento declara estar bien de salud y señala a Ureña como la persona que lo sanó. Sofía Guillén fue operada de cáncer en el seno en el Hospital Oncológico de Panamá y fue desahuciada. Con el rostro pálido y supurando llegó donde Ureña en 1990. hoy Sofía goza de buena salud, hace labores domésticas y se siente bien. Fue saneada de cáncer.
Como estos dos casos, se encuentra una interminable lista de personas curadas. Ahora de todas partes del mundo llegan personas a tratarse con él. Sin embargo, Ureña manifiesta su cristiana frase “nadie es profeta en su propio pueblo”. Por lo que ha tenido que cerrar su consultorio en David, ahora atiende en Colón y Arraiján.
Diomedes agrega: Agarré todas las plantas y empecé a preparar el “menjurje”, como se dice, me tomé eso y sentí que el dolor se me iba quitando. Estuve tomando esas plantas como cuatro meses y me curé del famoso cáncer. En 1984, curé a mi esposa que tenía tumores y quistes en los senos. En 1987, comencé con Videla Gutiérrez, que tenía cincuenta tumores en el cuerpo, entre cáncer en el hígado y el estómago. Ella vive y está sanita. Así comenzaron mis curaciones.
Al señalarse las dudas que provocan en los médicos sus curaciones, Diomedes expresó: “Los médicos pelean, pero entre ellos porque no se atreven a hablar conmigo. Yo tengo un don que Dios me ha dado, incluso conocer lo que ellos están pensando. Pero debo decir que los médicos nunca han peleado conmigo”.
Cuestionado sobre una actitud semejante con sacerdotes de la iglesia católica, Ureña dijo que conocen muy poco a Dios; lo ven y leen en un libro, pero no lo viven. Yo fui un muerto que Dios resucitó en 1973 de una tuberculosis. Estaba prácticamente muerto, pero tuve una visión de Dios. El Dr. Wenceslao Muñoz puede contar esto mejor que yo. Hay muchas cosas que la iglesia no entiende; y es que Dios es tan sublime que nos manda mensajeros, pero a los que no entendemos. Hay muchas iglesias que catalogan lo mío como brujería. A Jesucristo lo llamaron brujo; hechicero, que en nombre de Belcebú echaba afuera los demonios. Yo soy cristiano, leo la Biblia, busco a Dios y voy a la iglesia. Respeto el poderío de Dios.
Ureña siente la presencia de Dios en su persona, señalando que “Dios para mí es tan real, como en cada adelanto que yo hago con el ser humano, en cada SIDA que curo. Los descubrimientos míos son directos con Dios, algo tan penetrante con el que se vive”.
La consulta con Diomedes Ureña tiene un costo de treinta balboas pero por los medicamentos, según expresa. Indica que cuando las personas son muy humildes les damos los medicamentos para que se curen.
“Atendemos más de ochocientas personas mensualmente. Hay muchas personas que no entienden el esfuerzo que hemos hecho. Yo mismo me pregunto el por qué Dios me ha escogido para esto”, manifiesta el botánico Ureña. Añade que ha tenido quejas de pacientes que él deja bien con la “quimio” adecuada, pero éstos se descuidan y cuando fallecen, los parientes lo quieren culpar de algo que es inevitable. Los médicos y mucha gente habla de quimio, pero no saben lo que es eso. Es más, hay quienes quieren exigirme a mí, después que una persona ha muerto, que los saque de su lugar. La gente quiere salvarse, pero no se da cuenta que ellos mismos son los culpables de llegar a esa situación porque no se cuidan.
Ureña dijo tener cierto resentimiento con los médicos, ya que después de haber curado él a las personas enfermas, éstos van a los consultorios médicos donde habían sido desahuciados y los galenos hacen que ellos vuelvan a las clínicas.
El botánico chiricano reiteró que tiene 15 años de estar curando personas y que desea trabajar para Panamá, porque ya los norteamericanos se han interesado en él y quieren industrializar sus productos. Dijo que el cuñado del Dr. Salvatierra, en Arraiján, fue curado por él de cáncer, a pesar de que le habían dado unos cuantos días de vida.. curó también, según dijo, al Dr. Vence y su hermano, los dos desahuciados por cáncer en los riñones, también fueron sanados. En El Jobo, de Guararé, curó a Bolívar Mendieta.
“Yo le pido al pueblo panameño que me apoye porque mañana este asunto no va a estar en mis manos. Otros tendrán el control. Y mucha gente va a llorar”, sentenció con una expresión de tristeza y resignación Diomedes Abrego.